¡Viva la literatura!

Era un martes, alrededor del año 2015, sino estoy mal. Iba tarde recuerdo; no era usual en mi; pero ese día,  había salido sobre el tiempo. Había demasiado trafico aquella mañana para completar mi fortuna, el bus casi no andaba y yo mas que afanada estaba preocupada por la primera impresión que lograría aquel día.

Llegue, medio corriendo a la universidad, como pude, subí cuatro pisos por las escaleras por que si esperaba el ascensor sería peor. Llegue al salón,  apurada y agitada pero en medio de todo me alegre y dije: gracias a Dios no entraré sola, al ver un muchacho tratando de abrir la puerta y entrar.

Me apresure a preguntarle si era mi misma clase, por curarme en salud, no quería ser victima de una primiparada. Así que él abrió, al asomarnos para ver si podíamos entrar el profesor el cual estaba parado frente al grupo hablando; de repente se quedo callado y vino hacia nosotros. Pensé: -no puede ser, es el primer día.

Me fue inevitable torcer los ojos, pensé que nos daría un sermón o algo por el estilo; pero al llegar a la puerta aquel hombre; me percate que podría ser de mi edad, que era guapo y me dije una motivación más para llegar temprano y venir a clase, sonreí.

El nos miro, dijo literatura. A lo cual respondimos en coro: Si

Entramos, el me miro raro.  Dije dentro de mi: normal, llegue tarde y tras del hecho interrumpí.

Me senté donde vi un espacio libre, igual no conocía a nadie, no recuerdo todo lo que dijo aquel maestro ese día, pero si tengo presente las miles de veces que repitió que a él le encantaba la puntualidad mientras nos miraba intensamente.

Me llamo poderosamente la atención y casi que me deshacía de la curiosidad, en cuanto a su edad, ¿qué más hacia en la vida?, si tenia alguna relación ¿?  y muchas otras preguntas que se repetían constantemente en mi mente mientras el daba su explicación.

Si, el nos hizo presentar como es común cuando es la primera vez que se ve uno en un grupo determinado. Se deben preguntar, si, si fue mi nombre uno de los que desde ese día no olvido.

Entonces, esa fue una linda coincidencia del destino conjugando dos cosas que son indispensables en mi vida;  la literatura y un buen expositor de ella… No, al final solo fue  de esas ilusiones que son de ver y no tocar… Pero para que no queden con tanta curiosidad como yo, si era mas o menos de mi edad, además de escribir dibuja, le gusta la fotografía y a mi juicio es un gran editor.

Pero que más allá de eso, aporto sus semillas para que hoy sean frutos y yo por supuesto, no solo escriba de él, sino para que escriba por mi propia cuenta, para los que me leen cada jueves. Y debo reconocer me enseño a decir en pocas palabras lo que antes estaba acostumbrada a decir en un gran discurso.

Por todo ello, solo puedo y debo decir: Que viva la literatura!

 

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